Buenos Aires, 18 jul(PL)La reciente desclasificación de documentos vinculados al 11S, puso sobre el tapete otro hecho poco conocido, las sospechosas muertes de tres reporteros que investigaban el rol del gobierno norteamericano en los atentados a las Torres Gemelas.
El Congreso de Estados Unidos desclasificó una serie de documentos que revelan el rol de Arabia Saudita en los atentados del 11 de septiembre de 2001. La monarquía Saudí es una de las principales socias del Gobierno norteamericano y este decidió ocultar la información durante años.
La actual revelación y el valor que los servicios de inteligencia de Estados Unidos le dan a la imposición de «la verdad única» generan una inevitable reminiscencia a un hecho poco conocido que sucedió a principios de 2015.
Se trata de la muerte de tres periodistas que investigaban el rol del Gobierno estadounidense en los atentados a las Torres Gemelas quienes murieron en la misma semana (dos, el mismo día). El silencio parece ser el sello que, como marca de agua, dejan las agencias de inteligencia.
Bob Simon, presentador del programa 60 minutos y corresponsal de la cadena CBS News; Ned Colt, corresponsal de la cadena NBC, y David Carr, periodista del diario The New York Times, murieron el 11 y el 12 de febrero de 2015.
Los tres habían formado una compañía de noticias independiente y estaban haciendo un informe sobre el rol del Gobierno norteamericano en el atentado del 11S.
Simon tuvo un fatal accidente de tránsito el 11 de febrero, al día siguiente David Carr sufrió un infarto y, pocas horas después, Ned Colt tuvo un derrame cerebral. En menos de 48 horas, fallecieron los tres periodistas.
Al analizar este hecho, en dialogo con Contexto, el periodista Carlos Aznarez aseguró: «Lo que queda claro es que a Estados Unidos le interesa dar una versión oficial sobre el atentado a las Torres, no una versión que surja de investigaciones que lleguen al fondo de la cuestión».
«La CIA ha hecho mil veces este tipo de cosas. No es casualidad que tres periodistas que están investigando al Gobierno norteamericano mueran en menos de 48 horas. Luego los hacen aparecer como accidentes o muertes naturales», añade el director de Resumen Latinoamericano.
«Incluso ya ni guardan la compostura distanciando un hecho del otro. Seguramente estos periodistas tendrían datos que comprometerían aun más al Gobierno», afirmó Aznarez.
En la misma línea, la periodista e investigadora Stella Calloni señaló: «En Estados Unidos, cualquier persona que investiga los atentados de septiembre de 2001 termina mal».
«La realidad es que no quieren que se sepa la verdad sobre lo que pasó en las Torres Gemelas, como en tantos otros atentados de falsa bandera». «Estos periodistas encontraron los hilos de la verdad, por eso los sacan del medio. Un accidente, un infarto, un asalto en la calle, todas formas de disimular un entramado de guerra sucia que nos hace vivir en una burbuja de mentiras», concluyó Calloni.
La muerte de periodistas y el sello de la CIA
Por Héctor Bernardo